Los conjuro de amor han existido por muchos siglos, cada una de las civilizaciones han mostrado, de manera distinta, un interés por dominar la naturaleza, un interés por atraer lo oculto a sus vidas, si bien es cierto que los primeros conjuros datan desde hace más de 5 mil años debemos decir que en los últimos mil años se desarrollaron practicas masivas, abrazando a personas que deseaban, de manera categórica, atraer el interés de la sociedad.
De esta forma se crea distintos rituales, uno de los usados es el amarre con prendas íntimas, estos amarres de amor con ropa interior se practicaron en lugares recónditos, su único objetivo era la supremacía por la dominación de sentimientos. Al igual que los conjuros de amor, se innovaron, a medida que avanzaba el descubrimiento por el ocultismo, nuevas maneras tradicionales de curación, esta vez hombres y mujeres se involucraban en la magia negra, una forma exclusiva dirigida a gente de poder.
Parte de este embrollo existencial –búsqueda de un poder que los ampare-, hizo que creyentes y no creyentes diesen cabida a soluciones poco tradicionales. Esta vez los amarres de amor con ropa interior se convertían en el primer ritual para unir parejas.
Teniendo en cuenta todo el recorrido que han tenido estos conocimientos de ocultismo, podemos hablar de un ocultismo post moderno, donde curandero, brujos y santeros tienen presencia. Esta vez la prohibición por parte de la iglesia, marcaba el paso para destruir a herejes y pecadores que se sometían a estos conjuros de amor o curaciones extrañas.
En nuestra modernidad, los amarres con ropa interior han cobrado gran expectativa dentro de la sociedad, hoy hombres y mujeres piden el servicio con un solo objetivo; atraer al ser amado que se fue, en algunos casos se puede evidenciar situaciones más complicadas como romper relaciones ya estables –pedidos explícitos de amantes- teniendo en cuenta que cada uno de los conjuros puede tener un promedio de 72 horas para que se evidencie.
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